Jordania en 10 días

Sobre Jordania

¡Hola viajeros!

Jordania es un destino que combina historia, paisajes espectaculares y cultura. Este país, situado en el corazón del Medio Oriente, es un mosaico de desiertos dorados, ruinas milenarias y tradiciones arraigadas. Viajar a Jordania es como recorrer un libro de historia, donde cada capítulo revela maravillas naturales como Wadi Rum, joyas arqueológicas como Petra y experiencias únicas como flotar en las aguas saladas del Mar Muerto. Su hospitalidad legendaria y su estabilidad hacen que sea un lugar acogedor para los viajeros que buscan un destino seguro y lleno de contrastes.

La ruta propuesta comienza en el sur del país, en Áqaba y Wadi Rum. Áqaba, la única ciudad costera de Jordania, invita a los viajeros a disfrutar de sus playas de aguas cristalinas, practicar snorkel o buceo para descubrir coloridos arrecifes de coral en el Mar Rojo. A pocos kilómetros se encuentra el desierto de Wadi Rum, un paisaje lunar único donde se pueden realizar excursiones en jeep, paseos en camello o dormir bajo las estrellas en campamentos beduinos. Este lugar, conocido como “el Valle de la Luna,” ha sido escenario de innumerables películas y brinda una experiencia de desconexión total.

En el centro del país esperan las maravillas de Petra, el Mar Muerto y Madaba. La icónica ciudad de Petra, conocida como la “Ciudad Rosa,” es un destino imperdible. Explorando sus templos tallados en roca y el famoso Tesoro, cada paso transporta a tiempos inmemoriales. Después, relájate flotando en el Mar Muerto, el punto más bajo del planeta, donde el agua rica en minerales ofrece propiedades terapéuticas. Para un recorrido cultural y espiritual, Madaba y el Monte Nebo revelan mosaicos impresionantes y vistas espectaculares de la Tierra Santa, un recordatorio del legado religioso que impregna la región.

El viaje culmina en el norte, visitando Jerash y la vibrante capital, Amán. Jerash, una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo, deslumbra con su Arco de Adriano, el Teatro del Sur y su extensa calzada columnada. Finalmente, Amán mezcla modernidad y tradición; aquí puedes explorar la Ciudadela, con sus impresionantes ruinas, o el bullicioso mercado local en el centro. No te pierdas la vida nocturna y la cocina jordana, con platos como el mansaf que enamoran a cualquier visitante.

¿Cuántos días se necesitan para visitar Jordania?

Para disfrutar de todo lo esencial, te recomendamos planear un viaje de 10 a 12 días. Este tiempo es perfecto para descubrir cada rincón destacado, desde el desierto hasta las ciudades modernas, sin prisas y con la posibilidad de sumergirte de lleno en la historia, cultura y paisajes únicos de Jordania.

En esta ruta de 10 días visitarás la mayor parte del país. Proponemos realizar un viaje circular (con la idea de empezar y acabar el viaje en Amán) o volar a Áqaba y volver desde Amán, en el que recomendamos alquilar un vehículo para desplazarte y del que puedes ahorrarte el último día en Amán, ya que en esta ciudad es mucho más caótica para conducir que el resto del país. A continuación podrás descargarte el mapa con los principales lugares que se recorrerán en esta ruta.

Ruta de 10 días

  • Día 1: Llegada a Amán o Áqaba. Visita a Áqaba.
  • Día 2: Mar Rojo.
  • Día 3: Wadi Rum.
  • Días 4 y 5: Petra.
  • Días 6 y 7: Mar Muerto.
  • Día 8: Madaba.
  • Día 9: Jerash.
  • Día 10: Amman.
Itinerario

Jordania

Día 1: Llegada a Amán o Áqaba. Visita a Áqaba.

¡Bienvenidos a Jordania! Comenzaremos este primer día en tierras jordanas viajando al sur del país si hemos volado a Amán o visitando Áqaba, única salida al mar del país. Para desplazarse por el país la mejor opción es sin duda alquilar un vehículo, ya que las carreteras principales están en bastante buen estado y son seguras, con múltiples controles a lo largo del camino. El tiempo estimado de viaje en coche desde Amán hasta Áqaba es de aproximadamente 4 horas, recorriendo una distancia de unos 330 kilómetros, principalmente por la Carretera del Desierto (Highway 15).

En función a la hora que lleguemos a Áqaba, se podrán visitar más o menos cosas, pero en esta entrada especificamos como si se dispusiera del día entero. Áqaba es conocida por su rico patrimonio histórico y su ubicación estratégica en el Mar Rojo. Comenzaremos el día visitando el Fuerte de Áqaba (o Castillo de Mamluk), un histórico edificio del siglo XVI que ofrece una visión fascinante del pasado otomano y mamluk de la región. Justo al lado, el Museo Arqueológico de Áqaba es una parada recomendada para apreciar artefactos que datan del período islámico temprano y aprender más sobre la rica historia de la zona. Después, un paseo por el bulevar costero te permite disfrutar de vistas panorámicas al mar, junto con un ambiente relajado en los numerosos cafés y restaurantes que bordean el área.

Por la tarde, visita la Mezquita Shariff Hussein Ali y pasea por alguno de los zocos de Áqaba, donde puedes comprar productos locales como especias, artesanías y recuerdos. Si prefieres un enfoque más moderno, puedes explorar el exclusivo Ayla Oasis, una zona llena de tiendas, restaurantes y actividades de ocio, ideal para relajarte antes del atardecer. Finaliza tu día con una cena junto al mar en uno de los restaurantes que ofrecen pescado fresco, mientras disfrutas del ambiente acogedor y las vistas del atardecer desde el Golfo de Áqaba.

Áqaba también dispone de playas, si estás más interesado en este tipo de planes. Sin embargo, en las playas públicas están poco cuidadas y podéis sentiros un poco observados por los locales, especialmente las mujeres. Hay algunas playas privadas, propiedad de resorts hoteleros, en la Bahía de Tala. Al estar repletas de turistas, están más cuidadas y puedes vestirte como quieras.

Día 2: Mar Rojo.

Para el segundo día en Áqaba, proponemos visitar el Mar Rojo, con su espectacular fondo marino, ideal para buceo o snorkel.

El Mar Rojo cerca de Áqaba es un paraíso para los amantes del mundo submarino, gracias a sus aguas cristalinas y su biodiversidad excepcional. Un lugar emblemático para hacer snorkel es el Jardín Japonés, un arrecife famoso por sus coloridos corales y la diversidad de peces tropicales que lo habitan. Para un buceo más técnico, el Cedar Pride Wreck es una experiencia espectacular; este barco hundido se ha convertido en un arrecife artificial lleno de vida marina y es perfecto para explorar con guía certificada.

Además, el Reserva Marina de Áqaba es una excelente opción para ambos, snorkelistas y buceadores. Aquí podrás encontrar arrecifes bien conservados y áreas diseñadas específicamente para actividades de conservación y ecoturismo. Si te ofrecen ir a otro lugar, no te preocupes, hay gran cantidad de lugares impresionantes para hacer disfrutar del mar (First Bay, Power Station, Taiyong, Gorgone, etc), por lo que déjate llevar por el tour que te de más confianza.

Muchas empresas locales ofrecen excursiones de día completo, incluyendo transporte en barco, equipos de buceo o snorkel, y guías experimentados para garantizar una experiencia segura e inolvidable, donde incluso podéis hacer un bautismo de buceo si aún no tienes el título.

Al final del día, puedes considerar quedarte en la playa para disfrutar de las increíbles puestas de sol sobre el Mar Rojo, un broche perfecto para concluir tu aventura acuática, aunque recomendamos desplazarnos hasta el cercano desierto de Wadi Rum para aprovechar mejor el día siguiente.

Día 3: Wadi Rum.

Llegamos a una de las joyas de la corona de Jordania, el increíble desierto de Wadi Rum. Nuestra experiencia fue increíble, gracias en buena medida a nuestro alojamiento, Jamal Rum Camp, donde nos trataron de maravilla y pudimos de disfrutar de una experiencia muy auténtica en el desierto. Jamal Rum Camp ofrece dos opciones únicas para alojarte, ya sea en tradicionales cabañas del desierto, ideales para disfrutar de una experiencia más conectada con la naturaleza, o en modernas casas burbuja, que te permiten admirar las estrellas a través de techos transparentes.

El desierto de Wadi Rum, también conocido como el «Valle de la Luna», es uno de los paisajes más impresionantes de Jordania, con sus vastas dunas de arena roja y formaciones rocosas que parecen de otro planeta. Los alojamientos de la zona ofrecen tours por el desierto en 4×4 conducido por guías beduinos, quienes te llevarán a lugares emblemáticos como el Cañón Khazali, una grieta profunda en las montañas donde las paredes están decoradas con petroglifos antiguos que representan figuras humanas, animales y símbolos utilizados por los nabateos. Otro lugar fascinante es el Arco de Um Fruth, un espectacular puente de roca natural que los visitantes pueden escalar para disfrutar de vistas panorámicas impresionantes del desierto.

También es imperdible la Roca de los Siete Pilares de la Sabiduría (Jabal Umm ‘Ishrīn), nombrada así por la icónica obra de T.E. Lawrence. Esta formación rocosa masiva tiene una belleza única y es un punto perfecto para aprender más sobre la conexión histórica del desierto con Lawrence de Arabia, donde podrás además encontrar donde se cree que estuvo su casa durante sus incursiones en el desierto. Además, el Valle Rojo y las dunas cercanas ofrecen un paisaje de arena fina y brillante donde puedes intentar el sandboarding o simplemente disfrutar de caminatas mientras admiras el cambio de colores del desierto con el movimiento del sol.

Para los amantes de la naturaleza y la historia, está el Manantial de Lawrence, una pequeña fuente de agua ubicada en las montañas que, según la tradición local, fue utilizada por T.E. Lawrence durante su tiempo en Wadi Rum. Cerca, puedes explorar las tallas del Cañón Siq, que muestran cómo las antiguas civilizaciones utilizaban este espacio como ruta comercial. Para finalizar, el atardecer en el desierto es una experiencia única, comparable a las auroras boreales, por lo que recomendamos pernoctar esta noche también en el campamento, donde te espera una comida auténtica al estilo beduino. Los anfitriones cocinan platos tradicionales bajo la arena, en un horno llamado Zarb, que da a la comida un sabor especial. Los comensales se sientan en grupo para compartir los alimentos con las manos, siguiendo las costumbres locales, lo que convierte la experiencia en un festín cultural, además de gastronómico.

La tranquilidad del desierto, combinada con las comodidades del campamento, hace que la experiencia sea inolvidable, transportándote a un lugar que parece salido de Marte pero impregnado con las cálidas tradiciones de la hospitalidad beduina.

Días 4 y 5: Petra.

Tras la emocionante aventura en el desierto, madrugaremos para ponernos en marcha hacia Wadi Musa, entrada a conocer la legendaria Petra. Existen varios tipos de entrada, y desde aquí recomendamos estar al menos dos días en la ciudad para disfrutarla en todo su esplendor. Los tickets se pueden comprar de antemano si quieres asegurarte la entrada.

Visitar Petra, una de las siete maravillas del mundo moderno, es una experiencia única en la vida. Esta antigua ciudad nabatea, tallada directamente en las rocas rosadas de las montañas, no solo ofrece un viaje al pasado sino también un despliegue de arquitectura, historia y paisajes que te dejarán sin aliento. Conocida como la “Ciudad Rosa”, Petra fue una importante encrucijada de las rutas comerciales en la antigüedad y es hoy un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pasear por sus senderos es como caminar a través de las páginas de la historia.

La ciudad de Petra fue abandonada gradualmente debido a una combinación de factores naturales y económicos. Durante su apogeo, la ciudad prosperó gracias al comercio de especias, incienso y productos de lujo, ya que estaba ubicada en una encrucijada crucial de rutas comerciales. Sin embargo, cuando estas rutas fueron desplazándose hacia el norte, a medida que los imperios romanos y bizantinos cambiaron las dinámicas comerciales, Petra perdió importancia económica. Además, una serie de desastres naturales, especialmente los terremotos de los siglos IV y VI d.C., destruyeron muchas de sus infraestructuras clave, como sistemas hidráulicos y edificios. Con el tiempo, los habitantes restantes abandonaron la ciudad, que quedó oculta y olvidada hasta su redescubrimiento en 1812 por el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt. Su aislamiento en un paisaje desértico ayudó a preservar sus estructuras hasta la actualidad.

El primer día de visita, comenzaremos la mañana desde la entrada principal de Petra, caminando por el Siq, un angosto y serpenteante cañón de paredes altas que se extiende por más de un kilómetro y te envuelve con su ambiente misterioso. Al salir del Siq, serás recibido por el famoso Tesoro (Al-Khazneh), la joya de Petra, una estructura tallada en roca con finos detalles, utilizada probablemente como tumba real.

Después de contemplar este icónico monumento, puedes explorar las Tumbas Reales, una serie de intrincados sepulcros construidos en las paredes rocosas. También puedes pasear por la calle columnada, la arteria principal de la antigua ciudad, que muestra cómo los nabateos vivían en su esplendor.

También puedes recorrer el Altar de los Sacrificios, una estructura que ofrece una vista impresionante de los cañones y formaciones de Petra. Este exigente camino que nos lleva a una de las zonas más elevadas del lugar es sin duda una para obligatoria en la visita si te encuentras en forma, ya que las vistas desde aquí son increíbles.

Por la noche no te pierdas Petra by Night, un espectáculo mágico y emotivo que te permite ver Petra desde otra perspectiva. En esta experiencia, el Siq y el Tesoro se iluminan con miles de velas, creando un ambiente etéreo y casi espiritual. Acompañado por música tradicional beduina y narraciones sobre la historia y la cultura del lugar, Petra by Night te transportará a un tiempo antiguo. El contraste entre la iluminación tenue y las sombras en las paredes rocosas añade un nivel de intimidad que no encontrarás durante el día, repleto de otros visitantes.

Tras descansar, el segundo día visitaremos lo que nos de tiempo del enorme complejo de Petra, ya que todavía quedan muchos secretos por descubrir. Para ello, nos pondremos bien pronto por la mañana rumbo al Siq para aprovechar la menor afluencia de turistas. El objetivo del día es el Monasterio (Ad-Deir), situado en la parte más alejada y que requiere mayor esfuerzo para llegar. Desde la calle principal, una caminata a lo largo de 800 escalones tallados en la roca te llevará hasta esta colosal estructura. Más grande y menos ornamentado que el Tesoro, el Monasterio impresiona por su tamaño imponente y por las vistas panorámicas del desierto jordano que ofrece desde las plataformas cercanas. Este es el lugar ideal para descansar y absorber la inmensidad de Petra.

En el camino hacia el Monasterio, puedes hacer una parada en lugares como el Teatro Nabateo de Petra, tallado directamente en la roca y que llegó a alcanzar una capacidad de entre 6,000 y 8,000 espectadores, la Iglesia Bizantina, construida probablemente a finales del siglo V d.C, combinando arquitectura nabatea, romana y bizantina y con impresionantes mosaicos, Qasr al-Bint, uno de los edificios independientes mejor conservados de la ciudad antigua, y el Templo de los Leones Alados, donde la arqueología se mezcla con las ruinas del comercio y la religión nabatea.

Te aseguramos que este día acabarás especialmente cansado pero, no te preocupes, para los siguientes días proponemos relajarte en el Mar Muerto, aunque si sigues leyendo podrás ver que añadimos algún secreto más.

Días 6 y 7: Mar Muerto.

Si, como nosotros, os va la marcha, para el día de hoy y antes de relajaros, os proponemos realizar una de las actividades más divertidas que hicimos en nuestro viaje a Jordania.

Comienza tu día temprano con una emocionante aventura en Wadi Al Mujib, un espectacular cañón situado en el punto más bajo de la Tierra, cerca del Mar Muerto. Wadi Al Mujib es famoso por su barranquismo, ofreciendo la posibilidad de sumergirte en un paisaje natural impresionante mientras sigues el flujo de agua cristalina a través de angostos pasillos de roca. El Siq Trail, una de las rutas más populares, es ideal para principiantes, por lo que no te preocupes si nunca has realizado este tipo de actividad. Durante el recorrido, te encontrarás subiendo cascadas, nadando en piscinas naturales y disfrutando de deslizamientos acuáticos únicos creados por la erosión de las rocas. El entorno, con sus imponentes paredes de arenisca que cambian de tono con la luz, hace que la experiencia sea aún más espectacular. Puedes realizar el trayecto sólo, pero también está la posibilidad de ir con un guía especializado para acompañarte.

Tras esta experiencia llena de adrenalina, te proponemos dos opciones. La primera es ir a alguno de los múltiples resorts del Mar Muerto, pero si buscas algo diferente te proponemos dirigirte al relajante oasis de Main Hot Spring (Hammamat Ma’in). Situado en un entorno pintoresco rodeado de montañas, este lugar cuenta con aguas termales ricas en minerales que brotan naturalmente de las rocas.

Estas aguas son conocidas desde la antigüedad por sus propiedades terapéuticas, recomendadas para aliviar dolores musculares y mejorar la piel. Puedes disfrutar de las cascadas cálidas que se vierten en piscinas acondicionadas, sumergiéndote en la tranquilidad de este oasis mientras te relajas tras la intensidad de la mañana.

Como el complejo es probablemente el alojamiento más caro que encontrarás en tu viaje a Jordania, existen unas aguas públicas situadas muy cerca, donde podrás compartir la experiencia con los lugareños.

De camino a Main Hot Spring, puedes parar a comer en Panorama Dead Sea Scenic Spot, un restaurante con unas increíbles vistas del mar muerto donde se come estupendamente (especial recomendación del shish kebap).

El segundo día lo dedicaremos a conocer el Mar Muerto, una maravilla natural única situada en el punto más bajo de la Tierra, a 430 metros bajo el nivel del mar. Este lugar es famoso por su alta salinidad y sus propiedades terapéuticas y sirve como frontera natural entre Jordania y los países adyacentes.

En este lugar hay dos opciones muy buenas para alojarse, ya sea en cualquiera de los grandes resorts que se distribuyen a lo largo del lago o alquilando alguna de las cabañas con playas privadas que hay por la zona. En cualquiera de los casos, podrás disfrutar de las mismas experiencias.

Comienza el día sumergiéndote en las tranquilas aguas del Mar Muerto, donde experimentarás la sensación única de flotar sin esfuerzo gracias a su altísima concentración de sal, que además hace casi imposible hundirse. Es el lugar perfecto para disfrutar de un momento de desconexión total mientras te dejas mecer por las olas suaves.

También puedes cubrirte con el famoso lodo negro del Mar Muerto, disponible en muchas zonas de baño o proporcionado por el personal del hotel. Este lodo, rico en minerales como magnesio y potasio, es conocido por sus propiedades exfoliantes y revitalizantes para la piel, dejándola suave y renovada.

Por la tarde, puedes descansar aprovechando los servicios de spa que ofrecen los resorts, con tratamientos exclusivos que combinan el lodo y las sales del Mar Muerto. Termina el día disfrutando de la impresionante puesta de sol sobre el Mar Muerto, con sus colores naranjas y rosados reflejándose en el agua.

Día 8: Madaba.

Tras la relajante experiencia en el Mar Muerto, continuamos el recorrido explorando Madaba, conocida como la «Ciudad de los Mosaicos», y el emblemático Monte Nebo, dos lugares que combinan historia, arte y espiritualidad en la región jordana. Madaba, es un lugar fascinante que ha sido habitado desde la antigüedad y que ha visto pasar a grandes civilizaciones, dejando tras de sí un rico legado. Este destino es especialmente famoso por sus impresionantes mosaicos bizantinos y omeyas, que revelan la maestría artística y cultural de quienes vivieron aquí. Se puede decir que Madaba es la cuna de las religiones modernas.

Comenzaremos visitando el Monte Nebo, uno de los sitios más venerados de Jordania, ya que según la tradición bíblica, fue desde aquí donde Moisés avistó la Tierra Prometida antes de morir. En lo alto de este monte sagrado, se encuentra una iglesia con magníficos mosaicos que representan escenas de caza, agricultura y naturaleza. También se pueden disfrutar de vistas espectaculares hacia el Valle del Jordán, el Mar Muerto e incluso, en días despejados, Jerusalén. Esta parada ofrece una experiencia tanto espiritual como visual, combinando una conexión con la historia religiosa y un entorno natural impresionante.

Continuaremos el camino hacia Madaba para explorar sus joyas culturales, comenzando por la Iglesia de San Jorge, hogar del famoso Mapa de Madaba, que se cree es el mapa más antiguo que representa Tierra Santa y sus alrededores, elaborado en el siglo VI d.C. Este mosaico detallado muestra con sorprendente precisión ciudades, ríos y paisajes, siendo una pieza fundamental para entender la cartografía y la historia de la región.

Además, puedes visitar el Parque Arqueológico de Madaba, donde se encuentran otros espectaculares mosaicos bizantinos, incluyendo uno que representa escenas mitológicas y de la vida cotidiana de la época. La Iglesia de los Apóstoles y los talleres de mosaico de la ciudad completan el día, ofreciendo una mirada más profunda al arte y las tradiciones de este lugar.

Finalizaremos el día paseando por las tranquilas calles de Madaba, donde podrás encontrar talleres y tiendas que siguen produciendo mosaicos artesanales con técnicas tradicionales.

Día 9: Jerash.

Proponemos para la recta final del viaje descubrir Jerash, una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo, conocida como la Pompeya del Este por su increíble estado de preservación. Fundada en el siglo I a.C., Jerash formó parte de la Decápolis, un grupo de diez importantes ciudades romanas. Hoy en día, este sitio arqueológico ofrece una de las mejores representaciones del urbanismo clásico romano, con calles pavimentadas, templos, plazas y teatros.

Empezamos el día través del impresionante Arco de Adriano, construido en honor de la visita del emperador Adriano en el año 129 d.C. Desde allí, continuamos hacia el Hipódromo, un espacio diseñado para carreras de caballos y espectáculos públicos, con capacidad para hasta 15,000 personas.

A medida que avanzas, la Plaza Oval, una extensa área rodeada de columnas corintias, captura la atención por su singular forma elíptica. Esta plaza, conectada con el Cardo, la calle principal, destaca por su diseño arquitectónico armonioso. A lo largo del Cardo, observa los rastros de carruajes en las piedras y las columnas que aún se alinean perfectamente.

Continuamos con el Templo de Artemisa, dedicado a la diosa principal de la ciudad, y una de las estructuras más impresionantes del lugar, con sus altas columnas aún en pie. No te pierdas los teatros norte y sur, diseñados con una acústica tan precisa que aún se pueden realizar conciertos y eventos allí. El teatro sur ofrece vistas espectaculares de la ciudad y el paisaje circundante desde sus gradas superiores. En el lado oeste, puedes explorar la Catedral de Jerash, que demuestra la transformación religiosa de la ciudad en el período bizantino, rodeada de otros mosaicos y restos de basílicas cristianas.

Termina el día paseando por los rincones menos transitados, disfrutando de su ambiente tranquilo y de la inmensidad del legado romano. En Jerash, cada piedra cuenta una historia, y cada rincón refleja el esplendor de una civilización que floreció durante siglos. Para finalizar el día puedes alojarte en esta zona o pernoctar ya en Amán, donde se encuentra el fin del viaje.

Día 10: Amán.

Cogeremos todas las fuerzas que nos queden para disfrutar del último pero intenso día del viaje a Jordania, disfrutando de su bulliciosa y caótica capital, Amán. Amán es una ciudad donde lo antiguo y lo moderno se entrelazan armoniosamente. Sus colinas están salpicadas de sitios históricos que cuentan historias de civilizaciones milenarias, mientras que sus avenidas más nuevas están llenas de cafeterías, galerías de arte y mercados dinámicos. Un día en Amán te permite explorar una rica mezcla de historia, cultura y modernidad en un entorno que combina el ambiente acogedor del Medio Oriente con una identidad cosmopolita.

Comenzaremos visitando la Ciudadela de Amán (Jabal al-Qala’a), ubicada en una de las colinas más altas de la ciudad y que ofrece vistas panorámicas espectaculares. Este lugar arqueológico es un testimonio de las civilizaciones que habitaron la región, desde los amonitas hasta los romanos y los omeyas.

Aquí podrás explorar el Templo de Hércules, cuyos imponentes pilares aún se elevan contra el cielo, y el Palacio Omeya, con sus restos de diseño islámico temprano. El pequeño pero interesante Museo Arqueológico de Jordania, situado dentro de la Ciudadela, alberga objetos históricos, incluyendo piezas del periodo neolítico y los Rollo del Mar Muerto.

Desciende desde la Ciudadela hacia el centro de Amán y visita el impresionante Teatro Romano, una estructura del siglo II d.C. construida durante la época del emperador Antonino Pío. Este teatro, que podía albergar hasta 6,000 espectadores, sigue siendo utilizado para eventos y actividades culturales, reflejando la conexión entre el pasado y el presente de la ciudad. A pocos pasos del teatro, explora el Odeón, más pequeño y de uso musical, y el Nymphaeum, las ruinas de una antigua fuente ornamental romana.

Por la tarde, puedes explorar los bulliciosos mercados del centro de la ciudad, conocidos localmente como Souq Al-Bukharia, donde podrás encontrar una mezcla de especias, artesanías, textiles y dulces tradicionales. Desde aquí, camina hacia el moderno barrio de Rainbow Street, repleto de cafeterías con encanto, galerías de arte, y tiendas boutique, donde podrás disfrutar de una comida tradicional jordana en alguno de sus restaurantes o saborear una taza de café árabe mientras observas la vida cotidiana de la ciudad.

Si podemos extender algún día más la ruta, puedes elegir entre la variedad de planes que ofrece Jordania, ya sea realizando más actividades acuáticas en Áqaba, relajándote en el Mar Muerto o explorando con mayor profundidad los sitios arqueológicos de Jerash y Petra. Otro plan muy interesante es visitar los castillos de los cruzados que se encuentran por todo el país, como el castillo de Karak, cerca del Mar Muerto, el castillo de Shobak, a unas dos horas al sur de Karak, y el castillo de Ajloun, cerca de Jerash.

Esperemos que esta ruta te sirva de inspiración para poder planificar tu viaje a Jordania. No olvides poner un comentario con tus impresiones, o contactar con nosotros en caso de tener alguna duda.

شكراً جزيلاً

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