Perú en 22 días

Sobre Perú
¡Hola viajeros!
Perú es diversidad. Desde la segunda cordillera más alta del planeta hasta el impenetrable amazonas, pasando por desiertos, islas inhabitadas, ciudades coloniales y vestigios del pasando inca del país, Perú ha sabido adaptarse a esa gran diversidad a través de su religión y su increíble gastronomía.
En esta ruta proponemos un viaje de tres semanas para recorrer lo máximo posible de este territorio, ya que para poder conocer en profundidad este extenso país necesitaríamos meses. Para tratar de abarcar lo máximo posible, incluimos el mínimo tiempo necesario que creemos que has de pasar en cada uno de los lugares, ofreciendo varias posibilidades para visitar en esos días.
El recorrido se divide en 4 grandes grupos, dejando a un lado lugares impresionantes como Nazca, Iquitos, Trujillo, Chachapoyas o la costa pacífica de Chiclayo.

Comenzamos el viaje visitando Arequipa, el Cañón del Colca y Lago Titicaca, contratando para este trayecto un tour que nos permita visitar el Cañón y que finalice el recorrido en la ciudad de Puno. Posteriormente cogeremos un autobús nocturno para llegar a la antigua capital del imperio Inca, Cusco. Allí pasaremos 5 días recorriendo la historia de esta increíble ciudad y sus magníficas montañas antes de llegar al legendario Machu Picchu, visita obligada para toda persona que viaje por Perú. Después de cumbres nevadas y ruinas incas tomaremos un avión hasta la selva Amazónica más concretamente Puerto Maldonado, capital de la Reserva Nacional del Tambopata con el grandioso Río Madre de Dios y el Lago Sandoval, donde podrás avistar capibaras, caimanes e incluso escurridizos pumas. Tras esta breve para en el Amazonas, cogeremos un par de vuelos hasta llegar a la zona de Huaraz, paraíso de los senderistas, donde podrás descubrir el Parque Nacional Huascarán, una reserva de la biosfera que alberga una centena de picos nevados, cerca de 660 glaciares y más de 300 lagunas de origen glaciar, además de conocer la antigua civilización de Chavín. Para finalizar el viaje conoceremos la bulliciosa capital del Perú, Lima, y podremos visitar las Islas Ballestas, un lugar lleno de biodiversidad para apreciar infinidad de aves y leones marinos, junto al increíble Desierto de Ica, donde se encuentra el famoso Oasis de Huacachina.
Las excursiones que se realizan en Perú tienen precios muy asequibles, entre 25 a 50 euros para casi cualquier actividad (se excluye en Machu Picchu). Se pueden reservar dichas excursiones de antemano utilizando páginas como Getyourguide o Civitatis, pero puedes ahorrar un 20-30% si se reservan directamente las excursiones con agencias locales al llegar allí. Un buen truco es ver en Getyourguide qué proveedor hace las actividades con buenas valoraciones y contactar directamente con ellos.
¡Bienvenidos a Perú, paraíso de la diversidad!
¿Cuántos días se necesitan para visitar Perú?
Perú es un país muy extenso y con una difícil orografía, ya que se encuentra atravesado por la cordillera de los Andes, por lo que los desplazamientos son lentos. Sin embargo y siempre partiendo desde la capital, hay aeropuertos que unen las distintas zonas del país, por lo que esta es la mejor opción si se dispone de un presupuesto suficiente al no ser los vuelos excesivamente caros. Otra opción son los autobuses nocturnos, destacando especialmente la compañía Cruz del Sur, que ofrecen cómodos transportes entre las distintas ciudades importantes del país y ganando tiempo al realizar estos desplazamientos por la noche.
Esta ruta de 22 días supone un plan ideal para conocer la gran diversidad del país, centrándonos más en montaña que en actividades de la costa. Sin embargo, la costa pacífica del Perú permite realidad actividades como el surf o playas de arena blanca en Paracas . Si sigues leyendo, podrás hacerte una idea de qué ver en cada una de las distintas zonas del país. A continuación podrás descargarte el mapa con las principales zonas que se recorrerán en esta ruta, dividiendo la visita en zona sur, Cusco, Amazonas y Huaraz/Lima.
Ruta de 22 días
- Día 1: Llegada a Lima. Vuelo a Arequipa.
- Día 2: Visita Arequipa.
- Días 3 y 4 : Cañón del Colca.
- Día 5: Lago Titicaca.
- Días 6 y 7: Cusco y alrededores.
- Días 8 y 9: Lagunas y Vinicunca (Montaña Arcoíris).
- Día 10: Valle Sagrado.
- Días 11 y 12: Machu Picchu, Santa Teresa y ruta de la hidroeléctrica.
- Días 13 y 14: Reserva Nacional de Tambopata.
- Día 15: Lima.
- Días 16, 17, 18 y 19: Huaraz y alrededores.
- Día 20: Lima.
- Día 21: Paracas y Desierto de Ica.
- Día 22: Vuelo de vuelta.
Itinerario
Zona sur del Perú
Día 1: Llegada a Lima. Vuelo a Arequipa.
Comenzamos el viaje aterrizando en el único aeropuerto internacional en la capital del Perú, Lima. Desde aquí hay dos opciones, o coger un vuelo directamente a Arequipa (o a Huaraz si se desea empezar de una manera alternativa a la propuesta en esta entrada) o, si se desea ir a visitar Nazca, se pueden tomar auobuses nocturnos que nos permitirán visitar primero Paracas y Huacachina y posteriormente Nazca, necesitando al menos un par de días para realizar estas actividades. En cualquier caso, el objetivo final y en el que nos centramos es en la llegada a Arequipa.
Día 2: Visitar Arequipa.
Como solo tenemos un día para descubrir Arequipa, lo ideal es comenzar temprano visitando el Monasterio de Santa Catalina, un verdadero tesoro arquitectónico que parece una pequeña ciudad dentro de la ciudad, con sus calles estrechas, patios llenos de flores y muros pintados de colores intensos. Tras recorrer sus rincones y dejarse llevar por la calma que aún conserva, puedes continuar hacia el Convento de San Francisco, donde además de la iglesia destaca su biblioteca antigua y el ambiente sereno de su claustro. Desde allí, caminar hasta la Plaza de Armas es casi inevitable, ya que es el corazón de Arequipa, rodeada de arcos coloniales y animada por la vida cotidiana. Frente a la plaza, la imponente Catedral, con sus torres blancas de sillar y su interior elegante, invita a entrar y observar los detalles de su arquitectura neoclásica. La visita al campanario es muy interesante, ya que hay unas impresionantes vistas de los volcanes Misti, Chachani y Pichu Pichu.

Después de una parada para disfrutar de la increíble gastronomía peruana, un buen punto para continuar es el Mirador de Yanahuara, desde donde se obtienen vistas espectaculares de la ciudad y del majestuoso volcán Misti que vigila Arequipa desde siempre. Se puede llegar fácilmente andando, ya que se encuentra a unos 25 minutos de la Plaza de Armas. Regresando hacia el centro, merece la pena entrar a los Claustros de la Iglesia de la Compañía de Jesús, de libre acceso y con gran cantidad de tiendas y cafés. Muy cerca, el Museo de Santuarios Andinos (MUSA) resguarda a la famosa “Juanita”, la momia de una joven inca sacrificada en el Ampato, una visita conmovedora que conecta con la historia prehispánica de la región.
Para adentrarse en la vida local, nada como perderse entre los pasillos del Mercado de San Camilo, diseñado por Gustave Eiffel, donde se mezclan aromas de frutas tropicales, jugos recién hechos, panes tradicionales y la calidez de la gente. Para cerrar la jornada, la Casa Museo de Vargas Llosa ofrece un recorrido por la vida y obra del Nobel peruano a través de un montaje interactivo que combina literatura y tecnología.
Después de este intenso día, nos prepararemos para descansar, ya que toca madrugar al día siguiente y emprender el camino hasta el Cañón del Colca.
Días 3 y 4: Cañón del Colca.
La visita al Cañón del Colca es una visita obligada si se decide visitar la zona sur del Perú. El Cañón del Colca es famoso por ser considerado uno de los cañones más profundos del mundo, con una profundidad que alcanza aproximadamente los 3.400 metros en algunos puntos, superando incluso al Gran Cañón del Colorado en Estados Unidos. Sus paisajes espectaculares, donde se combinan montañas, valles fértiles y andenerías preincas junto con ser el hogar del majestuoso cóndor andino, el ave voladora más grande del planeta, hacen esta visita inolvidable.
El recorrido comienza atravesando la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca, un paisaje único donde se pueden ver vicuñas en libertad. Muy cerca se encuentra Patahuasi, parada ideal para probar el tradicional té de coca, perfecto para combatir el mal de altura. Más adelante, en los Bofedales de Toccra, las alpacas pastan tranquilamente, mientras que el Mirador de los Volcanes, a 4.800 metros de altitud, regala una vista imponente de la cordillera occidental antes de llegar a Chivay. Allí se disfruta del almuerzo, el descanso en el hotel y la posibilidad de relajarse en las termas, cerrando el día con una cena animada por bailes folclóricos locales.
Al día siguiente, tras el desayuno, la ruta lleva al Mirador de la Cruz del Cóndor, el punto perfecto para admirar el Cañón del Colca y el majestuoso vuelo de los cóndores. En el camino de regreso se visitan miradores que muestran la impresionante andenería del valle y el pintoresco pueblo de Maca, donde destaca su iglesia y se puede probar el Colca Sour.

Después del almuerzo en Chivay, el viaje continúa hacia Puno en transporte turístico, con paradas en diferentes puntos naturales y culturales a lo largo de la ruta, entre los que destaca el Mirador Alto Lagunillas. La jornada finaliza por la tarde con la llegada a Puno, a orillas del mítico lago Titicaca.
Día 5: Lago Titicaca
El Lago Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, situado a 3.812 metros sobre el nivel del mar en la meseta del Collao, compartido entre Perú y Bolivia. Es considerado uno de los lugares más emblemáticos de los Andes por su belleza natural, su importancia histórica y su profundo significado cultural. El día de hoy exploraremos este lugar y conoceremos las interesantes culturas que lo habitan.

El Titicaca tiene una enorme importancia cultural, ya que fue considerado un lago sagrado por los incas y otras civilizaciones prehispánicas, quienes lo vinculaban al origen mítico de su cosmovisión. En sus aguas y alrededores aún perviven comunidades que conservan sus lenguas originarias, como el quechua y el aimara, además de prácticas agrícolas y textiles heredadas de sus antepasados.
El día comienza en Puno, desde donde se navega hacia las islas flotantes de los Uros, construidas artesanalmente con totora, un testimonio vivo de la adaptación de esta comunidad a su entorno. Caminar sobre sus suelos flotantes y conocer sus costumbres y artesanías es adentrarse en una forma de vida distinta y fascinante. Después, el viaje continúa hacia la isla de Taquile, famosa por la habilidad de sus habitantes en el arte textil, cuyos tejidos están reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Allí, los lugareños reciben a los visitantes con hospitalidad y comparten un almuerzo tradicional mientras se disfruta de vistas espectaculares del lago y las montañas.
De regreso a Puno, aprovecharemos para descubrir algunos de sus rincones más encantadores, ya que el autobús nocturno suele salir a partir de las 21h. La Plaza Mayor, corazón de la ciudad, es un lugar perfecto para sentir el ritmo local y observar la arquitectura que la rodea. Muy cerca, el Café Bar Casa del Corregidor, instalado en una casona colonial, invita a relajarse entre cafés, música y arte. Finalmente, el Cerrito Huajsapata ofrece una panorámica privilegiada de Puno y del lago Titicaca, ideal para cerrar el día con una de las mejores vistas de la región. Tras recoger las cosas en el hotel, nos dirigiremos a la estación de Autobús para emprender el camino hacia Cusco.
Cusco
Días 6 y 7: Cusco y alrededores
En los siguientes dos días nos aclimataremos en la bonita ciudad de Cusco, antigua capital del imperio Inca. El primer día visitaremos la ciudad, mientras que en el segundo conoceremos las principales ruinas incas situadas en los alrededores de la ciudad. Recomendamos comprar el boleto turístico completo, que te permite el acceso a 16 lugares turísticos de Cusco en un plazo de 10 días. Dicho boleto se puede comprar en cualquiera de los lugares o en la Oficina Central de COSITUC (https://cosituc.gob.pe/).
El recorrido para visitar la ciudad de Cusco comienza en la Plaza Regocijo, un espacio acogedor que aún conserva la esencia colonial de la ciudad. Muy cerca se encuentra la Casa Garcilaso, hoy convertida en museo, donde se pueden conocer piezas de arte e historia vinculadas al cronista mestizo Inca Garcilaso de la Vega. Tras esta primera inmersión cultural, lo siguiente es dirigirse a la Plaza de Armas, el corazón de Cusco, rodeada de edificios coloniales y siempre llena de vida. Allí destacan la Iglesia de la Compañía de Jesús, con su fachada barroca y sus retablos dorados, y la imponente Catedral de Cusco, que resguarda obras de arte del periodo virreinal y muestra la fusión entre lo andino y lo europeo. Desde la plaza, un breve paseo lleva a la Calle Loreto, famosa por sus muros incas perfectamente conservados, y poco más adelante se encuentra la célebre Piedra de los 12 Ángulos, una de las muestras más reconocidas de la maestría inca en el tallado de la piedra.

La ruta continúa hacia el barrio de San Blas, el barrio de los artesanos, con sus calles empedradas, talleres de arte y un ambiente bohemio que invita a detenerse. Desde el Mirador de San Blas se obtienen vistas espectaculares de la ciudad, un lugar perfecto para contemplar Cusco desde lo alto. Antes de terminar el día, vale la pena caminar por la pintoresca calle 7 Borreguitos y descubrir el Acueducto de Sapantiana, un rincón poco conocido que conecta con la historia colonial de la ciudad. La jornada se puede cerrar disfrutando del atardecer en alguno de los bares cercanos al mirador de San Blas, donde la vista se mezcla con la calma de la noche cusqueña.

El segundo día está dedicado a los alrededores y a seguir explorando los tesoros históricos de Cusco. La primera parada es Qenqo, un centro ceremonial inca rodeado de formaciones rocosas labradas, seguido por Sacsayhuamán, una de las fortalezas más impresionantes del mundo andino, con sus gigantescos muros de piedra perfectamente ensamblados. Después, el recorrido continúa hacia Puka Pukara, conocida como la “fortaleza roja” por el tono de sus piedras, y Tambomachay, el templo del agua, con sus fuentes y canales que aún fluyen.
De regreso al centro de la ciudad, la visita a Qorikancha, el antiguo Templo del Sol, es imprescindible. Allí se aprecia cómo los muros incas conviven con la arquitectura colonial de la Iglesia y Convento de Santo Domingo, construida sobre el recinto original. Para sumergirse en la cultura viva, el Centro Qosqo de Arte Nativo ofrece espectáculos de música y danza tradicional, una oportunidad para acercarse a la riqueza artística de la región. Finalmente, nada mejor que terminar el recorrido en el Mercado de San Pedro, un espacio vibrante donde se concentran aromas, sabores y colores, y donde se puede probar comida local, comprar artesanías y vivir el día a día de los cusqueños.
Tras estos dos días en Cusco, estaremos aclimatados y preparados para visitar alguna de los increíbles nevados que se encuentran en esta zona.
Días 8 y 9: Lagunas y Vinicunca (Montaña Arcoíris)
Para el primero de estos dos días proponemos la visita de las lagunas que rodean a la ciudad de Cusco. Ambas opciones se encuentran a unas 3:30h – 4h desde la ciudad, y hay una gran cantidad de agencias que ofrecen este desplazamiento, por lo que revisa si te interesa más una ruta fácil (Humantay) o más de trekking (7 lagunas del Ausangate) o, si tienes tiempo, conocer ambos lugares.
La laguna Humantay, a más de 4.200 metros de altura, es famosa por el color turquesa intenso de sus aguas, producto del deshielo del nevado Humantay. Llegar hasta ella implica una caminata de esfuerzo moderado, pero la recompensa es inmensa: rodeada de picos nevados, la laguna refleja la majestuosidad de la cordillera y transmite una energía especial que la ha convertido en un lugar sagrado tanto para los antiguos incas como para los viajeros de hoy. Es, además, una excursión ideal para quienes quieren aclimatarse a la altura y tener una primera experiencia de trekking andino.

La ruta de las 7 lagunas del Ausangate, por su parte, lleva la aventura a otro nivel. Ubicada en torno al nevado Ausangate, la montaña más alta de Cusco con más de 6.300 metros, esta caminata permite descubrir una serie de lagunas de distintos colores (turquesa, verde esmeralda, azul profundo e incluso rojizas) que parecen pintadas por la naturaleza. El recorrido no solo deslumbra por la variedad cromática de sus aguas, sino también por la presencia de glaciares, pampas altas, manadas de llamas y alpacas, y comunidades andinas que mantienen vivas sus tradiciones.
Además, aunque en ambas rutas se ofrece la posibilidad de subir en caballo, en las 7 lagunas esta oferta es menos popular, por lo que podrás disfrutar un poco más del camino sin tener que apartarte continuamente para dejar pasar a los mismos.
Una vez aclimatados todavía más habiendo subido a más de 4.500 metros de altura, estamos preparados para llegar hasta los 5.000 metros. Para ellos proponemos conocer Vinicunca, también conocida como la Montaña de Colores.
La Montaña de Colores, o Vinicunca, es ya un destino icónico por los intensos tonos que dibujan sus laderas: ocres, verdes, amarillos y rojizos que parecen pintados a mano y que se deben a la riqueza mineral de sus capas geológicas. Alcanzar sus más de 5.000 metros de altitud requiere esfuerzo, pero sin duda merece la pena, con el Ausangate vigilando en el horizonte y un entorno impresionante.
Lo que pocos saben es que, a muy poca distancia, se encuentra el Valle Rojo, un paraje igualmente impresionante y mucho menos concurrido. Allí, la tierra adquiere un tono bermellón intenso que contrasta con el cielo azul y los nevados cercanos, creando un paisaje casi marciano. El camino hacia el mirador del valle es más tranquilo y silencioso que el de Vinicunca.

Todas las excursiones que hagas a estas altitudes tómatelas con calma, ya que a esa altura la menor cantidad de oxígeno hace que cualquier esfuerzo te quite el aliento. ¡Aprovecha para disfrutar de las increíbles vistas de la cordillera andina!
Día 10: Valle Sagrado
Tras varios días visitando la impresionante codillera andina, comenzaremos el camino hacia el legendario Machu Picchu. Para ello, proponemos desplazarnos hasta Ollantaytambo y aprovechar el día viendo el Valle Sagrado. Múltiples agencias ofrecen a precios muy económicos esta ruta, por lo que sugerimos que busquéis la que más os convenga, ya que todas hacen más o menos lo mismo.
El primer destino será Chinchero, un bonito y auténtico pueblo andino que parece haberse detenido en el tiempo. Allí se visitará su zona arqueológica con restos de antiguas edificaciones y terrazas previos a la llegada de los incas. Además se conocerá la profunda tradición textil que caracteriza a esta comunidad, donde los habitantes mantienen vivas las técnicas ancestrales de tejido heredadas de la época inca. Podrás conocer cómo las mujeres locales tiñen la lana con pigmentos naturales y la transforman en hermosos ponchos y mantas que cuentan historias a través de sus diseños.

Continuaremos hacia Maras, famoso por sus espectaculares salineras. Se trata de más de 5.000 pozos de sal que se extienden como un mosaico blanco en la ladera de la montaña. Desde la época preincaica hasta hoy, estas piscinas naturales han sido una fuente esencial de sal para las comunidades locales, utilizada no solo para sazonar alimentos, sino también para conservarlos durante largos periodos.
Muy cerca de allí se encuentra uno de los lugares más fascinantes de la zona: las terrazas circulares de Moray. Estas impresionantes estructuras, construidas a diferentes profundidades, eran utilizadas por los incas como un laboratorio agrícola natural.
Gracias a los microclimas que se crean en cada nivel, pudieron experimentar con diversos cultivos y adaptarlos a las condiciones más extremas de los Andes. Es un sitio que combina ciencia, espiritualidad y una admirable visión de sostenibilidad.
Tras una breve parada para comer en Urubamba, la capital del Valle Sagrado, pondremos rumbo a Ollantaytambo. Este antiguo centro militar, religioso y agrícola destaca por su majestuosa fortaleza construida en la ladera de la montaña. Tras subir más de 200 escalones hasta alcanzar la parte más alta del complejo, tendrás una vista impresionante del valle y del pueblo, cuyas calles empedradas y casas de adobe siguen conservando la esencia de la época inca. Fue aquí donde se libraron importantes batallas de resistencia contra los conquistadores, lo que convierte la visita en un viaje en el tiempo cargado de historia.
Al finalizar la visita, nos dirigiremos a la estación de tren para continuar la travesía hacia Aguascalientes, puerta del Machu Picchu.
Días 11 y 12: Machu Picchu, Santa Teresa y ruta de la hidroeléctrica.
Poco vamos a contar que no conozcas sobre la legendaria fortaleza inca. Para visitar este lugar, recomendamos comprar los boletos con varios meses de antelación a través de la página https://www.machupicchu.gob.pe/boletos-de-ingreso-online/. Dentro de los circuitos que se ofrecen, los más interesantes son el 2A (Circuito clásico – Ruta clásica diseñada, que permite ver tanto una vista panorámica de la fortaleza como sus principales edificaciones) y, si te encuentras en buena forma, el 3A (Machupicchu realeza – Rita Montaña Waynapicchu).
Para visitar el Machu Picchu se puede subir andando (alrededor de unas dos horas de empinada pendiente) o tomar un autobús, que deberás de comprar las entradas con antelación. Si planeas hacer la visita al Machu Picchu y al Waynapicchu el mismo día, recomendamos la segunda opción ya que será un día muy cansado. Además recomendamos empezar la visita lo más temprano posible (si puede ser a las 6 a.m. mejor), ya que encontrarás el lugar menos abarrotado y podrás aprovechar mejor el día.
Las visitas se pueden hacer por tu cuenta o con un guía, en función del tiempo que desees estar (el recorrido con guía suele ser de unas dos horas) y del tiempo que quieras para hacerte fotos. Nosotros decidimos ir por nuestra cuenta y leer diversos blogs con la historia para poder disfrutar del lugar a nuestro ritmo. Además de las emblemáticas vistas desde las terrazas, en la fortaleza podrás conocer el Templo del Sol, dedicado al astro que regía la vida espiritual y agrícola de los incas, y el enigmático Intihuatana, una piedra tallada que funcionaba como reloj solar y centro ceremonial. También podrás visitar por el Templo de las Tres Ventanas, desde donde se tiene una de las mejores vistas de la ciudadela, y explorar la Plaza Principal, punto de encuentro y escenario de importantes rituales. No faltará la visita a la zona agrícola, con sus terrazas perfectamente conservadas, y a la zona urbana, donde se aprecia la organización de viviendas y talleres.


Para los más aventureros y si estás en buena forma, la experiencia puede continuar con la subida al Waynapicchu, la montaña que aparece al fondo en la clásica foto de Machu Picchu. El ascenso es bastante exigente, con caminos empinados y escalones tallados en la roca, pero la recompensa es increíble. Desde la cima se contempla una panorámica espectacular de la ciudadela y el valle del río Urubamba serpenteando a sus pies. ¡Sin duda el esfuerzo habrá merecido la pena! La subida puede ser de entre hora y media a dos horas y media, asique tómatelo con calma.
Estas dos visitas puedes hacerlas con tranquilidad en días diferentes o el mismo día, depende de la forma física y de la hora de entradas que puedas conseguir. Lo ideal es visitar el Machu Picchu a las 6 am y el Waynapicchu a las 9 am, ya que así saldrás del lugar alrededor de las 12:30-1 pm.
Si todavía te quedan fuerzas, puedes hacer la conocida como Ruta de la Hidroeléctrica que une los pueblos de Aguascalientes con Santa Teresa. Este recorrido es una caminata muy llana que sigue el curso del tren a través de un paisaje selvático, lleno de vegetación, cascadas y el sonido constante del río. Puedes comer en cualquiera de los restaurantes que hay en esta ruta, ya que todos tienen su encanto al estar en una ubicación inmejorable entre el río y las vías del tren.
Una vez llegada a la hidroeléctrica, contacta con tu alojamiento de Santa Teresa para que os pueda recoger y llevaros hasta el pueblo, ya que en el momento de redacción de esta entrada la autopista está en construcción todavía y es complejo llegar en otro tipo de transporte. Una vez allí, se puede acabar el día relajándose en las Aguas Termales Cocalmayo.
Para volver a Cusco desde Santa Teresa, hay dos opciones. La primera y más económica es ir en colectivo hasta Ollantaytambo, aunque es un viaje largo y por carreteras complicadas. La otra opción es recorrer de vuelta la Ruta de la Hidroeléctrica y coger el tren de vuelta en Aguascalientes. Esta opción es más cara pero te permite disfrutar mejor la Ruta de la Hidroeléctrica y visitar alguna de las impresionantes cascadas que lo rodean y sitios únicos, como los jardines de colibríes que hay por la zona. Siéntete libre, la idea es poder llegar a Cusco ese mismo día para poder coger un avión al día siguiente con destino a la Amazonía peruana.
Selva amazónica
Días 13 y 14: Reserva Nacional de Tambopata
Tras pasar unos días conociendo la cordillera andina, cambiaremos completamente de paisajes en dirección a Puerto Maldonado, capital de la Reserva Nacional de Tambopata, uno de los rincones más biodiversos del planeta. Puedes elegir pasar estos días en alguno de los increíbles lodges que bordean el río Madre de Dios o algún otro lugar loca, sin duda todos ellos merecerán la pena.
El primer día proponemos relajarse y adaptarse al ritmo amazónico. Podrás disfrutar de las instalaciones del lodge, descansar en una hamaca o explorar los alrededores con una caminata ligera. Conforme avance la tarde, puedes embarcarte para navegar por el río Tambopata al atardecer. El cielo se tiñe de tonos naranjas, rojos y violetas mientras el sol se esconde tras la selva. Si tienes suerte, podrás ver bandadas de guacamayos, capibaras en la orilla o incluso caimanes que comienzan a salir con la llegada de la noche. Regresarás al alojamiento para cenar y, opcionalmente, participar en una caminata nocturna en la que descubrirás el otro lado de la selva, cuando los sonidos y las criaturas nocturnas toman protagonismo.
Para el segundo día y tras un desayuno temprano, te dirigirás hacia uno de los lugares más impresionantes de la reserva: el Lago Sandoval. Para llegar allí realizarás una caminata por senderos selváticos, rodeado de árboles gigantes y, con un poco de suerte, de monos aulladores o ardillas curiosas que se cruzan en tu camino. Una vez en el lago, navegarás en una canoa silenciosa que se desliza suavemente sobre sus aguas oscuras, espejo perfecto del cielo y de la vegetación que lo rodea. El Lago Sandoval es hábitat de especies extraordinarias: caimanes negros, nutrias gigantes de río, tortugas, garzas y, por supuesto, cientos de aves tropicales que llenan el ambiente de vida.

Si todavía tienes tiempo, podrás probar otras actividades típicas de la zona, como la pesca de pirañas, que pone a prueba tu paciencia y destreza, o alguna caminata interpretativa para aprender sobre las plantas medicinales que los pueblos amazónicos han utilizado durante siglos.
Si deseas pasar más tiempo en esta zona podrás conocer otros lugares como el Lago Yacumama o la Isla de Monos, por lo que recomendamos si es posible pasar un día más en la Amazonía.
Huaraz y Lima
Día 15: Lima
Después de la increíble experiencia en la selva, ponemos rumbo a la zona de Huaraz. Para llegar allí hay varias opciones, pero ambas pasan por volver a Lima dese Puerto Maldonado. Por lo tanto, aprovecharemos este día para conocer los barrios periféricos de Miraflores y Barranco en Lima y disfrutar de su gastronomía.
Cogeremos el vuelo más temprano que nos lleve a Lima para posteriormente desplazarnos al barrio de Miraflores, el barrio más moderno y cosmopolita de Lima. Este barrio costero combina la vida urbana con la tranquilidad del mar y ofrece algunos de los paisajes más emblemáticos de la capital.
La primera parada será en el Faro de la Marina, una estructura imponente que se alza en lo alto de los acantilados del malecón. Desde aquí, podrás disfrutar de una vista panorámica del océano Pacífico y, si el clima lo permite, verás a decenas de parapentes sobrevolando el cielo. Muy cerca se extiende el famoso Malecón de Miraflores, un conjunto de paseos y parques que bordean la costa. Se puede caminar o montar bicicleta, pero sin duda es un tranquilo lugar para ver el Océano Pacífico. En este paseo se encuentra el Parque del Amor, uno de los rincones más fotografiados de la ciudad. Su mural de mosaicos coloridos y la escultura «El Beso» celebran el romanticismo frente a la inmensidad del mar. A pocos pasos se encuentra Larcomar, un centro comercial único en su tipo, construido sobre los acantilados. Aquí podrás hacer una breve parada para tomar un café, disfrutar de una vista privilegiada o simplemente recorrer sus tiendas y terrazas.
Antes de ir a Barranco, podemos parar en el Museo de Sitio Huaca Pucllana, un sorprendente centro arqueológico que recuerda que Lima no es una ciudad actual, sino también una ciudad con profundas raíces prehispánicas. Allí podrás ver una pirámide de adobe construida por la cultura Lima hace más de 1.500 años, en pleno corazón del distrito.
De vuelta al corazón de Miraflores, pasarás por el animado Parque Kennedy, rodeado de cafés, galerías de arte y, sobre todo, habitado por decenas de gatos que se han convertido en sus curiosos residentes permanentes. Este espacio refleja la esencia más urbana y bohemia del distrito, siempre lleno de vida tanto de día como de noche.

Después, la ruta continúa hacia el distrito vecino Barranco, conocido como el barrio más artístico y bohemio de Lima.
El primer contacto será con el icónico Puente de los Suspiros, rodeado de casas coloridas, murales y callejuelas que invitan a perderse. Cuenta la tradición que, si cruzas el puente conteniendo la respiración y pidiendo un deseo, este se hará realidad.
Muy cerca se encuentra el Parque Municipal de Barranco, un espacio rodeado de arquitectura republicana, cafés y bares. Antes de terminar el día, no puede faltar una visita al Mirador Catalina Recavarren, un punto perfecto para contemplar el mar al atardecer.
Una vez finalizado el día de visita en Lima, podremos desplazarnos a Huaraz de dos maneras: Autobús nocturno esa misma noche o avión al día siguiente pronto por la mañana. El autobús nocturno, aunque un poco más incómodo, permite ahorrarse una noche de hotel y llegar antes a Huaraz para aprovechar el primer día.
Días 16, 17, 18 y 19: Huaraz y alrededores
Los próximos cuatro días aprovecharemos para conocer los alrededores del Huascarán, tomando como campamento base la ciudad de Huaraz. Las distintas actividades que aquí proponemos pueden hacerse en el orden que se quiera, aunque recomendamos hacer la ruta a la Laguna 69 o la Laguna 513. Para todas las excursiones hay múltiples compañías locales que ofrecen el desplazamiento, comida y guía para facilitar las expediciones.
El primer día, si se desea aclimatarse bien, se puede disfrutar de alguna de las excursiones a las cercanas lagunas de Wilcacocha o Churup o conocer la propia ciudad de Huaraz, visitando su Plaza de Armas o el Museo Arqueológico de Áncash. A partir de este momento proponemos varios recorridos para que puedas elegir entre todos ellos.
El primero de los recorridos que proponemos es el Chavín de Huántar. Este recorrido te llevará hacia uno de los centros arqueológicos más importantes del Perú preincaico. El Templo de Chavín, declarado Patrimonio de la Humanidad, fue un centro ceremonial y de peregrinación que floreció alrededor del 1200 a.C. Al llegar, te encontrarás con pasajes subterráneos, galerías y el famoso Lanzón Monolítico, una escultura tallada en piedra que muestra la compleja cosmovisión de la cultura Chavín. Esta visita es una oportunidad para comprender cómo se desarrollaron algunas de las primeras grandes civilizaciones andinas.
Laguna Parón: Situada a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, la Laguna Parón es la más grande de la Cordillera Blanca. El camino hasta allí está rodeado de montañas nevadas y, al llegar, lo primero que llama la atención es el color turquesa intenso de sus aguas, enmarcadas por picos como el Artesonraju, conocido por ser la montaña que sirvió de inspiración para la productora Paramount Pictures. Aquí podrás realizar caminatas cortas alrededor de la laguna o tomar un kayak. Es un sitio perfecto para quienes buscan un contacto directo con la naturaleza sin una exigencia física demasiado alta y con pocos días de aclimatación. El camino hasta la Laguna Parón es largo, de alrededor de 3 horas y media – 4 horas, pero las vistas hay durante todo el recorrido son merecedoras de mención.

Glaciar Pastoruri: Otra experiencia inolvidable es visitar el Glaciar Pastoruri, uno de los pocos accesibles en la Cordillera Blanca. Aunque el retroceso del hielo es evidente debido al cambio climático, llegar hasta allí es una oportunidad única para caminar entre paisajes de altura y observar de cerca la majestuosidad de un glaciar andino. En el trayecto también se aprecian puyas de Raimondi, plantas gigantes que pueden alcanzar hasta 12 metros de altura y que solo crecen en los Andes centrales.

Lago Rocotuyoc: Uno de los destinos que poco a poco gana popularidad es el Lago Rocotuyoc, ubicado en la provincia de Huari. El camino hacia esta laguna combina la majestuosidad de la alta montaña con el verdor de los valles. Sus aguas tranquilas, de un azul sereno, reflejan las montañas circundantes y ofrecen un entorno ideal para relajarse después de una caminata. A diferencia de las rutas más conocidas, aquí se siente una mayor conexión con la naturaleza, sin las multitudes que hay en otros lugares. Es una joya escondida que sorprende a todo aquel que se anima a descubrirla. Además, muy cerca de aquí se encuentra la Laguna Congelada. Sin embargo, al igual que el Glaciar Pastoruri se observa un importante retroceso del hielo y ya sólo quedan congeladas unas pequeñas partes de la laguna, evidenciando el cambio climático y cómo afecta a la cordillera andina.
Laguna 513: Menos conocida que la Laguna 69, pero igual de impresionante, la Laguna 513 es un tesoro escondido. El trekking hasta allí no recibe tantos visitantes, lo que la convierte en una alternativa ideal para quienes buscan tranquilidad y una experiencia más auténtica. Sus aguas de color azul profundo, rodeadas de montañas y glaciares, crean un paisaje de ensueño.
Laguna 69: La caminata hacia la Laguna 69 es probablemente el trekking más famoso de Huaraz. Son unas 3 a 4 horas de ascenso bastante exigente, pasando por cascadas, praderas andinas y montañas nevadas, hasta llegar a los 4.600 metros. Antes de llegar al último tramo y más exigente de subida, se encuentra la Laguna Consuelo, cuyo nombre evidencia que no todo el mundo es capaz de llegar hasta la cima. En nuestro caso, el guía arrancó el recorrido una hora más tarde que nosotros para mandar de vuelta al inicio a la gente que fuera encontrando en su camino, ya que significaba que dicha gente no iba a ser capaz de llegar en hora. Sin embargo, la recompensa que ofrece la Laguna 69 es un paisaje de postal: un espejo de agua de un azul eléctrico enmarcado por paredes de roca y glaciares colgantes. Es una ruta intensa, pero sin duda, una de las más memorables de toda la Cordillera Blanca.

Al igual que para llegar desde Lima, se puede volver o en un autobús nocturno o en avión, con las mismas ventajas e inconvenientes mostrados con anterioridad.
Día 20: Lima
El segundo día en Lima lo aprovecharemos para conocer el centro de la ciudad y aquellos lugares que no hayamos podido visitar antes de emprender el camino hacia Huaraz. Recomendamos hacer un free tour para que podáis conocer la historia de los distintos sitios de mano de un local.

Comenzaremos el día conociendo la Plaza Mayor de Lima, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este lugar, fundado en 1535 por Francisco Pizarro, es el punto de partida perfecto para descubrir la Lima virreinal y republicana. Rodeando la plaza se alzan algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad:
La Basílica Catedral de Lima, imponente con su fachada renacentista y barroca, guarda en su interior retablos dorados, capillas decoradas y, como curiosidad, el sepulcro del propio Pizarro.
El Palacio Arzobispal, con sus elegantes balcones de madera tallada, sigue siendo la sede de la arquidiócesis y una de las joyas arquitectónicas de la plaza.
El Palacio de Gobierno, residencia oficial del presidente del Perú, luce majestuoso al norte de la plaza. Si llegas a la hora indicada, podrás presenciar el cambio de guardia, todo un espectáculo de tradición militar.
Muy cerca de allí se encuentran otros puntos de interés cargados de historia: el Monumento a Taulichusco, cacique de Lima al momento de la llegada de los españoles; y la Estatua Ecuestre de Francisco Pizarro, que recuerda al fundador de la ciudad.
Unos pasos más adelante te adentrarás en el Convento Máximo de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, más conocido como Convento de Santo Domingo, famoso por albergar reliquias de santos peruanos como Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres. Después, puedes hacer una breve parada frente a la Casa de Correos y Telégrafos, un edificio republicano que recuerda la importancia de Lima como centro de comunicaciones en la región. Otro sitio imperdible es el Antiguo Solar Casa de Aliaga, considerada la casa más antigua de América habitada por la misma familia desde el siglo XVI. Sus salones conservan muebles, cuadros y objetos coloniales que narran la historia limeña. A pocos minutos, encontrarás la Casa de la Literatura Peruana, ubicada en la antigua estación de trenes de Desamparados, un espacio cultural que celebra a los escritores y poetas del país.
La ruta continúa hacia el Museo del Convento de San Francisco, célebre por sus catacumbas, donde se encuentran osarios organizados en figuras geométricas que intrigan a todo visitante. El convento en sí es una obra maestra del barroco limeño, con claustros decorados por azulejos sevillanos del siglo XVII. Muy cerca, el Parque La Muralla invita a descansar un momento entre jardines y miradores, al tiempo que conserva restos de las murallas que en el pasado rodearon y defendieron la ciudad.
Después de recorrer la zona monumental, puedes pasear en el bullicioso Jirón de la Unión, una calle peatonal repleta de tiendas, cafés y edificios históricos. El paseo te llevará hasta la Plaza José de San Martín, uno de los espacios más elegantes de la Lima republicana. Inaugurada en 1921, conmemora la independencia del Perú y está rodeada de edificios de estilo neocolonial y art déco. En el centro se erige la estatua ecuestre del Libertador, símbolo de la emancipación nacional.
Para continuar el recorrido, nos dirigiremos al Parque de la Exposición, un lugar lleno de jardines, museos y pabellones históricos que evocan la Lima del siglo XIX. Es un espacio tranquilo para pasear y respirar un poco de aire fresco en medio de la ciudad. Finalmente, al caer la tarde, nada mejor que cerrar la jornada en el Circuito Mágico del Agua, ubicado en el Parque de la Reserva. Este complejo de fuentes ornamentales, reconocido como el más grande del mundo en su categoría, ofrece un espectáculo nocturno de luces, música y agua que deslumbra a grandes y chicos. Caminar entre los juegos de agua iluminados y contemplar las coreografías acuáticas frente al cielo limeño es una manera inolvidable de terminar el día.
Día 21: Paracas y Desierto de Ica
El último día completo en Perú proponemos conocer las Islas Ballesta y el Desierto de Ica. Para ello hay múltiples agencias que realizan esta visita de un día completo, por lo que recomendamos cogerlas el día anterior en función de la que nos de mejores sensaciones.
El día comienza temprano cogiendo un autobús hacia el puerto de Paracas, punto de partida hacia las espectaculares Islas Ballestas. A bordo de una lancha rápida, navegarás por el océano Pacífico mientras el viento marino y las aves acompañan el trayecto. En el camino podrás apreciar el famoso Candelabro de Paracas, un enorme geoglifo trazado sobre la arena cuyo origen y función aún generan misterio: algunos lo vinculan con los geoglifos de Nazca, otros con antiguas rutas de navegantes.
Al llegar a las Islas Ballestas, descubrirás un verdadero santuario de vida silvestre. Los acantilados y formaciones rocosas sirven de refugio a lobos marinos que descansan sobre las playas, a pingüinos de Humboldt que caminan torpemente entre las rocas, y a miles de aves marinas como piqueros, pelícanos y guanayes. Aunque está prohibido desembarcar en las islas, la cercanía de las embarcaciones permite admirar de cerca este ecosistema único.
En el siglo XIX, las islas de Paracas y Ballestas tuvieron un papel fundamental en la economía peruana gracias al guano de las aves marinas que habitaban en ellas. Este fertilizante natural, rico en nitrógeno, fósforo y potasio, era muy demandado en Europa y Estados Unidos para mejorar la agricultura.

Después de la experiencia marina, el recorrido continúa hacia la región de Ica, un destino completamente distinto pero igual de fascinante. Aquí el paisaje cambia drásticamente: las arenas doradas del desierto se extienden hasta donde alcanza la vista.

El lugar más icónico es la Laguna de Huacachina, un oasis rodeado de altas dunas, palmeras y casonas coloniales. Es el punto de partida ideal para actividades llenas de adrenalina.
Podrás subir a un buggy que atraviesa las dunas como si fueran montañas rusas de arena, una experiencia emocionante que combina velocidad y paisajes inigualables. También tendrás la oportunidad de practicar sandboarding, deslizándote con tablas desde lo alto de las dunas, ya sea sentado o de pie, según tu nivel de aventura.
Al caer la tarde, nada se compara con subir a una de las dunas más altas para contemplar el atardecer en el desierto. El cielo se tiñe de tonos dorados, naranjas y violetas que se reflejan sobre la arena infinita, creando una de las postales más inolvidables de todo el viaje.
Día 22: Vuelo de vuelta
Tras tres semanas conociendo Perú, finalizaremos el viaje como queramos, ya sea disfrutando de la gastronomía local con un pisco en la mano o recorriendo de nuevo los lugares que más nos han gustado de la capital peruana.
Mejores restaurantes
Perú es reconocido mundialmente por su gastronomía. Os dejamos en este mapa los restaurantes que más nos impresionaron para que podáis disfrutar tanto como lo hicimos nosotros.
Esperemos que esta ruta te sirva de inspiración para poder planificar tu viaje a Perú. No olvides poner un comentario con tus impresiones, o contactar con nosotros en caso de tener alguna duda.
¡Tupananchiskama!
